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¡¡Un palo!!

“La vuelta a la sencillez”: claro mensaje de una nueva campaña publicitaria de una conocida marca (quien aún no haya visto los anuncios, los adjunto al final). No es mi intención hacer publicidad, pero sí es un spot que invita a reflexionar y que me ha llevado a la redacción de esta entrada.

Es cierto que a día de hoy, tanto los niños como los adultos, estamos cargados de estimulación por todas partes: cada vez el entorno deja menos espacio a la imaginación. Televisiones con imágenes cada vez más reales, películas con grandes efectos especiales, juguetes sofisticados que no pierden detalle…

No es cuestión de criticar o renegar del mundo en el que vivimos ni del progreso, es evidente que también es necesario para nuestra adaptación y nuestro desarrollo. Es importante introducir a los niños en el mundo de la tecnología puesto que será su futuro. Sin embargo, a raíz de esta nueva campaña publicitaria, he decidido hacer un inciso para recordar “que la virtud está en el término medio”, y que, sin desterrar el uso de las nuevas tecnologías y los juguetes modernos,  no debemos dejar de lado un espacio para la sencillez y la necesidad del empleo de la imaginación y la espontaneidad sin que el juguete en sí “se lo dé todo hecho”.

Algunas ideas con respecto al juego con nuestros niños podrían ser:

–          Atiende a su imaginación y foméntala. Muchas veces ellos inician por si mismos estos tipos de juegos imaginativos: parémonos a escucharles, interesémonos, compartamos el juego. En general, los niños no necesitan que se los estimule su creatividad, muchas veces simplemente necesitan que no se la inhibamos.

–          Sal al aire libre: el parque, el campo, la plaza…  Son lugares donde los niños suelen emplear bien su propio cuerpo o bien cualquier objeto del entorno para jugar.

–          No busquemos que aprendan todo el rato ni tratemos de hacer didácticos todos sus juegos, no tiene que ser todo perfecto ni salir todo bien. Jugar sin otro objetivo más que el jugar ya es en sí mismo positivo. En muchos países nórdicos, con un sistema educativo envidiable, hasta la entrada en la educación primaria los niños se dedican sólo al juego libre en las escuelas.

–          No pretendamos distraerles todo el tiempo, dejémosles espacios para que encuentren su modo. No les guiemos ni sugiramos todo el tiempo qué pueden hacer cuando están aburridos. Confía en qué encontrarán la forma de distraerse.

–          Utilicemos alternativas a los juguetes, dejémosle jugar con cosas que ya no utilicemos o que no pueden dañar. Muchas veces a los niños les encanta jugar con objetos reales que tenemos en casa (un teléfono estropeado, telas…)

–          Enséñales a qué jugabas cuando eras pequeño.

–          Utiliza juegos de improvisación (teatro, inventar historias a partir de determinadas palabras, comenzar una historia y que cada uno tenga que continuarla por turnos…). Este tipo de juegos ayuda además a aprender a reaccionar ante cambios inesperados.

–          Sigámosle su juego y poco a poco vayamos introduciendo elementos “este cojín de aquí era el colegio ¿te parece?”. Siempre respetando su imaginación y evitando  imponer la lógica y las reglas adultas, especialmente en los más pequeños “pero si las vacas no vuelan”.

–          Dejemos que el niño trate de solucionar los problemas que vayan surgiendo durante el juego, no les ofrezcamos las soluciones de inmediato.

–          Tener en cuenta que el desorden forma parte del juego. Estar todo el tiempo pendiente de que no se manchen y de que no desordenen resulta muy frustrante tanto para los padres como para los niños. Nos encargaremos de ello después del juego.

–          Y recordemos que no es tan importante el tipo de juguete que ofrezcamos a nuestros niños como el tiempo que les dediquemos a jugar con ellos, juego real, sin estar pendiente de otras cosas más que de jugar con él, aunque sólo sean unos minutos al día. Dedicar tiempo para el juego es tan importante como otras formas de cuidarlo, dejemos un espacio al día para entrar en su mundo, ya que el niño tiene que adaptarse al nuestro el resto del día. Aprenderemos a conocerle, aprenderemos de él y él aprenderá de nosotros.

¿De dónde vienen los niños?

Qué mejor manera de iniciar el blog, que ayudando a explicar el fantástico inicio de la vida. «No le cuentes cuentos», es una publicación de distribución gratuita que forma parte del “Programa de prevención de VIH y otras Infecciones de Transmisión Sexual” que CEAPA dirige a  las familias en colaboración con la Secretaría del Plan Nacional  sobre el Sida. Trata de explicar de manera natural y sencilla, aunque sin tapujos, la reproducción y la sexualidad para un público infantil a partir de 3 años.
En la primera parte de la publicación encontramos el cuento, que podemos leer y adaptar a los niños, y a continuación una lectura para los adultos, en la explica brevemente cada una de las páginas del cuento y que es recomendable leer previamente.

Podemos descargarlo en el siguiente enlace: No le cuentes cuentos

No le cuentes cuentos