Archivo de la categoría: Divorcio

«Mamá y Papá» ahora son «Mamá o Papá»: Separación

Manejar la situación de divorcio cuando tenemos nenes en común a quienes vamos a cambiarles la vida es una situación difícil que genera mucha angustia en los papás. (¡Aclaración!:  Si las cosas se hacen bien, siempre será un cambio para mejor, que no hay nada peor para un peque que convivir con sus dos padres cuando estos ya no funcionan como pareja o cuando el único  motivo de la unión, y por tanto toda la responsabilidad, es el niño).

Algunas recomendaciones para el momento de comunicar la decisión son las siguientes:

  • Es importante comunicar la noticia en cuanto estemos seguros de la decisión y sintamos que podamos comunicarla sin desbordarnos (es normal emocionarse al hacerlo, la cuestión es no hacerlo de manera descontrolada).
  • Siempre que sea posible AMBOS progenitores deben estar presentes. Acordando previamente lo que vais a decir.
  • Transmitir que ha sido una decisión de AMBOS (aunque la idea inicial haya partido de uno, la final un divorcio es un acuerdo)
  • Dejar a un lado los sentimientos de culpa, enfado o remordimiento. El niño no tiene nada que ver con ellos.
  • Nos adaptaremos a la edad, grado de madurez y personalidad del niño (si hay hermanos muy diferentes en estos aspectos, quizás los mejor es comunicarlo por separado para poder atender las necesidades de cada niño de manera individual).
  • Los mensajes que trataremos de transmitir (adaptándolos a nosotros) son :
    • Nadie tiene la culpa (los niños tienden a culparse)
    • Habéis pensado mucho y la decisión ya está tomada, nadie puede hacer nada para cambiarlo.
    • Os habéis querido mucho y lo más bonito de vuestras vidas, que es vuestro hijo, ha sido gracias a ese amor.
    • A veces la forma de quererse de los padres puede cambiar, les cuesta ponerse de acuerdo en cosas importantes y para llevarse mejor no pueden seguir viviendo juntos.
    • La forma de querer a los hijos nunca cambia. Las discusiones entre padres e hijos son normales y nunca van a afectar a ese amor. Padres e hijos están unidos de por vida. Siempre seguirán siendo sus padres.
    • En niños muy pequeños puede bastar con decirles “papá y mamá se van a vivir a casas diferentes, pero los dos te queremos mucho y seguirás viendo a los dos”.
  • Los niños no necesitan saber los motivos del divorcio ni conocer detalles, y es perjudicial hacerlo cuando dañan la imagen de uno de los progenitores.
  • Lo que necesitan saber es lo que cambiará en sus vidas y las cosas que seguirán estando igual para tratar de darles seguridad y predictibilidad en el proceso.
  • Es importante reconocer las emociones del niño. Algunos reaccionarán con enfado o tristeza, otros no dirán nada en ese momento o quizás cambien de tema. Transmitidle que es normal sentirse así, que aunque es lo mejor, todos estáis tristes; que sentís que todo esto tenga que pasar y que estáis ahí para apoyarle cuando lo necesite, que aunque al principio es difícil al final todos estaréis bien. Si el niño cambia de tema podemos decirle que estarás disponible para hablar de ello cuando lo desee. A veces las reacciones aparecerán de manera indirecta a través de problemas de conducta, sueño, rendimiento… tendremos que estar atentos a sus reacciones y comprenderlas como parte del proceso.

Un recurso que puede ayudar a que los niños expresen o identifiquen sentimientos relacionados con la situación son los cuentos. Yo siempre recomiendo usarlos más adelante y no en el momento de contar la decisión, que tiene que ser una comunicación mucho más personal y adaptada a lo que vamos observando en el peque.

Si comunicar el divorcio a los niños es difícil, el aprender a mantener una relación sana con el niño (porque la relación con nuestro hijo también cambia) y con su otro progenitor después de la separación, puede serlo muchísimo más. A continuación escribiré acerca de algunas recomendaciones sobre aspectos que observo que muchas veces aparecen en la situación de divorcio, y que suelen afectar mucho a los hijos.  Aunque a veces puedan parecer simples o de sentido común, no son fáciles de cambiar y la mayoría de las veces uno no es consciente de ellas cuando está inmerso en una situación tan complicada y con tantas emociones en juego como es la de una separación. Muchas veces nos equivocamos cuando lo que realmente buscamos es lo mejor para nuestros niños.

Hay un par de cosas que tenemos que tener presente siempre:

  • Los niños se desviven por hacer felices a sus padres (a los dos) y necesitan tener una buena imagen de ellos.

  • Los niños necesitan sentirse seguros, y que su cuidado esté siempre garantizado. Las luchas entre los padres le sitúan en una situación de vulnerabilidad en la que el niño no se siente visto.

Por tanto, todo aquello que amenace estas dos premisas será muy difícil de llevar para el niño.

Algunas de las recomendaciones que propongo para mantener las dos premisas anteriores son:

  • EVITEMOS criticar al otro progenitor delante del niño (¡ni si quiera cuando pensamos que no nos oye!), y si podemos hablar bien de él mejor que mejor. Por muy desastre que sea la otra persona seguro que podemos encontrar cosas buenas que alabar. Si hay algo que no nos gusta de lo que el otro progenitor hace, tratemos de hablarlo con él en privado, pero nunca le llevemos la contraria delante del niño.
  • EVITEMOS la sobreprotección. Es cierto que deberemos ser más compresivos con algunas cosas y apoyar al niño, sobretodo durante el primer año de adaptación al cambio, pero es necesario seguir manteniendo los límites y las normas que tenía previamente. Los límites dan seguridad. No ayudamos dejándole de pronto hacer lo que quiera.
  • RUTINAS. Todos los niños, y más cuanto más pequeños son, necesitan tener rutinas claras y una vida organizada. Es cierto que en esta situación es más difícil de cumplir, pero siempre hay que intentar buscar la forma de conseguirlo en la medida de lo posible. Es importante que los niños sepan que ocurrirá, con quien estarán y que los cambios sean los menos posibles (siendo flexibles en ocasiones especiales). Cuando los cambios sean inevitables será importante informarles de ello lo antes posible.
  • “TE ECHO TANTO DE MENOS…”. Otra cuestión, que suele surgir de manera natural y que en principio no parece dañina, es la de hacer mucho hincapié en la tristeza que nos da despedirnos cuando se va con el otro progenitor y lo felices que estamos cuando estamos con él. Debemos tener cuidado con la efusividad de estas expresiones, porque como ya hemos dicho, los niños quieren que seamos felices. Si nos ponemos tristes cuando se va, se sentirá dividido y quizás culpable, sin poder disfrutar plenamente de cada progenitor el tiempo que le corresponde al saber que el otro sufre si no está con él. Él tiene que saber que le queremos muchísimo pero que también estamos contentos de que pueda disfrutar del otro progenitor, sin hacer dramas de las despedidas.
  • Por supuesto no debemos utilizar al niño como MENSAJERO O ESPÍA de su padre/madre.
  • En la medida de lo posible se aconseja, sobre todo en los niños pequeños, que durante la transición de hogar ambos padres dediquen un ESPACIO COMÚN (aunque sea corto) para intercambiar información del niño y transmitir la sensación de complicidad e interés por su futuro.
  • Es importante mantener al niño AL MARGEN DE PROBLEMAS de custodia, de la relación y económicos.
  • Estamos hablando de una situación muy dura para los padres por lo que no debemos dejar de lado el AUTOCUIDADO personal.
  • Y siempre RECORDAR: Que no es una competición, que los dos le queréis más que a nada y queréis lo mejor para él.
  • Si la otra persona no colabora y no cumple con pautas de crianza que consideramos necesarias… recordar siempre el primer punto y manteneros firme con vuestra labor, haciendo bien vuestra parte para que el niño pueda mantener ese pilar de seguridad.

Por último, decir que es muy importante reflexionar y autoobservar lo que hacemos y decimos porque muchas veces caemos en todas estas trampas sin ni si quiera ser conscientes de ello.